CAPÍTULO 4
Recuerdos y Curiosidades
Es rico Cerdigo en aconteceres y «sus pequeñas historias». Recuerda nuestro autor, cuando llegó a Cerdigo, como le contaban sus vecinos las tragedias vividas el once de mayo de 1813. Como los franceses sacaron armas, animales y tropas por Portillo y que tenían mucho miedo y se fueron al monte. No obstante, otras tropas que venían por Islares, mataron a algunas personas y saquearon el lugar, dando después fuego a algunas viviendas.
· Ilustración de Leire Lizuain Riega
La guerra civil dejó sentir sus influencias aunque pocas en Cerdigo. Tenían miedo al pesquero armado “Galerna”, cuando se acercaba a la costa para bombardear el lugar. Cerdigo fue bombardeado varias veces y no hubo que lamentar ninguna tragedia. Cuando bombardeaban se iban a refugiar al chalet de Olano y a quien no le daba tiempo, corrían a refugiarse debajo de las piedras de la cantina. El pueblo tuvo mucha suerte durante la contienda y todos sus hombres volvieron vivos.
Yendo hacia Parapastores (una roca que tiene un cerco en redondo con un vertedero al que llaman «El Lagar de los Judíos«), hay una cueva llamada “Cueva Santi” y según cuenta la tradición, un vecino de Urdiales conocido por Santi en una reyerta, le dieron con un hacha en el cuello y herido se marchó al monte. Por la sangre le fueron siguiendo y lo encontraron maltrecho en la cueva, y de ahí el nombre.
Como consecuencia de una gran sequía que hubo en el 1876 se dejaron ver manadas de lobos por los montes de Allendelagua y Cerdigo. Vecinos de Cerdigo de esa época, subían al monte, llevando un tizón encendido, para ahuyentar a los lobos de las ovejas y cabras.
En el año 1937 un grupo de chicas de Cerdigo bajaba a vender a la plaza un surtido de hortalizas. Era víspera de la Liberación de Castro y entre bromas comentaban como les quedaría el pelo que después de la venta irían a cortar a lo “Garson” en la peluquería de Quico Presno. Poco les duró la alegría cuando a medio camino las atropelló el coche que repartía la “Gaceta”, tirándolas a la cuneta. Una de ellas quedó conmocionada y la llevaron a Cerdigo; a las otras dos las llevaron al hospital para hacerlas unas curas de urgencia en las piernas y pronto subieron a Cerdigo y adiós pelo y fiesta.
Decían de las chica de Cerdigo cuando bajaban a vender y dado el grupo tan diferenciado en edades que: «Ya llega la escuela de párvulos de Cerdigo».
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